La noche fue inusualmente densa; el aire casi se podía tocar, la tormenta esta cerca.
Amanece, la claridad se muestra mezquina, pensó Juan, se pondrá feo realizar las clases hoy, mientras espiaba a través de la ventana, los negros nubarrones que avanzaban, jugaba con la cuchara dentro de la taza de café.
Poso su mirada en los afiches pegados en la pared, sus ídolos plasmados en sus momentos de gloria. Sus grandes referentes, sus amores. Charles chaplin, buster keaton, Marcel Marceau.
Se detuvo un instante en el afiche de la película “El Pibe” hay algo tan particular en la mirada del pequeño y tanto amor manifiesto en el gesto de “Charlot”
El cuarto se ilumina de pronto; el flash del refusilo, arrecia la tormenta, como le hubiera gustado vivir ese momento, participar de esa bohemia tan hermosa, alimentarse con el pan de la actuación, artista de teatro, desde pequeño supo que su vida estaba allí.
El conservatorio, la beca, los bastidores de los teatros del centro, el teatro independiente
La gloria que se le negó, la vida siguió su curso, golpe tras golpe, una familia que no llego a ser. Soledad, soledad esa gran amiga, fiel compañera de mis noches de locura, musito Juan¡¡
Lentamente tomo su piloto, paraguas y sombrero, los acomodo sobre la silla, reviso nuevamente el porta folio, que no faltase nada, para las clases de teatro de hoy. De rabillo mira nuevamente los afiches; que bien me quedaría ese traje, pensó:
Zapatos de charol, pantalón de plancha a rayas, chaleco con levita, bombín y bastón
Como me gustaría!!!!. Tomo las cosas de la silla y el porta folio y abrió la puerta
No tubo tiempo de darse cuenta, la caída del rayo, estremeció la cuadra, sus pupilas se dilataron al máximo, fue un instante, realmente no tubo tiempo de darse cuenta.
El noticiero sigue dando el Alerta meteorológico.
Los vecinos encontraron las ropas dispersas por el pasillo y en los afiches del comedor
Cuentan los que saben que hay un “Charlot” con un rostro que les resulta conocido.
Girasol.