jueves, 29 de enero de 2009

Tarde de toros


Bravo, bello, desafiante
Negro presagio, su figura,
Cual abanico de muerte
Dos pitones, que blande
Por delante, demonios parecen
Sus pesuñas, cubre de tierra
Su lomo e hijares, Dos brasas
Encendidas, lleva por ojos
Cual puertas al averno interminable
Corta carrera, arremete
Hacia el carmesí del paño
La verónica del destino
Aquella tarde de verano
Hunde en su cuerpo
El noble acero toledano,
En el ruedo de Madrid
Sobre la caliente arena
Como un clavel rojo punzo
Del toro aquel, solo quedo
Una mancha de sangre.
Girasol

4 comentarios:

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

El poema es precioso muy Taurino, pero triste.
besos y amor
je

Arantza G. dijo...

Triste.
Pobre...
Besitos

La Calderón dijo...

Hola Osvaldo ¡¡Hay tradiciones que merecen palos!!
Ese bello exponente, por su figura, parece un Miura.Si así fuera, la historia sería al revés
¡¡Cuantos trajes de luces han quedado bordados con rosas de sangre!! ¡¡En su ley!!
Un abrazorte....
Susana..........

Unknown dijo...

El noble acero Toledano una vez mas dará fin a su vida manipulada, no obstante... en mi tierra el toro es el rey... yo no acabo de entenderlo.... vive para morir en el ruedo.... para luchar allí... bonita poesía...

Respeto la fiesta taurina por los sentimientos que suscita, como tu poesía, pero ..... me intriga.. no llego a comprenderla.. siento que cuando la veo...me inquieta y me sube mucho la adrenalina y eso no me gusta.

Un abrazo