Tarde de Noviembre

Canta la chicharra, con fuerza, que escuche su amor
el sol abraza la tarde.
Liban frágiles colibríes con su danza de valet
en rededor de un florido Ñandubay.
Perfuma el aire un jazmín del cabo,
Rezumban las abejas con su trajinar,
sobre el cantero doble; que enmarca el pasillo de entrada
desde la tranquera hasta el guarda patio.
A guisa de primer alero, una glorieta, donde reina
ufana una enredadera, verdes, rojos, azules, amarillos.
Un arco iris por doquier¡¡


Hacia la derecha del patio, al costado de la casa
doble hilera de rosas, explota natura en pimpollos
Cual de ellos más hermosos y perfumados.
Contenidos y protegidos por un cerco
de ligustro, finamente cortado y mantenido.
Bajo el alero de la casa, en sendas macetas
cuatro malvones dobles.
Gallardos Granaderos custodian la entrada.
Desde mi atalaya, observo casi todo
silenciosa, me acompaña una bomba sapo.
Mis ojos ascienden como hormigas,
por el serpenteante tronco y ramas de la parra.
Coronada por cientos de racimos, verdes por ahora,
deliciosas uvas, que llegado el momento
se mostraran esplendidas en la frutera del comedor
A mis espaldas, una añosa higuera
charla con la brisa a su vecino
un peral arqueado por el peso de sus frutos.
Bajo aquella espesa sombra, fuera del guarda patio
escarban gallinas, bañándose con tierra
Tercian con su algarabía los patos Marruecos,
que se adueñan de la pileta.
Un gallo colorado,observa atento
a cierta distancia, por si las moscas¡¡
Mimetizada con el entorno,cruza una lagartija veloz
A lo lejos, griterío de cotorras, entre los saucedales
Los perros levantan las cabezas y otean el camino
Miran la tranquera y siguen con la siesta
Mis diez añitos fijan todo detalle, a pesar del mandato
Dormir la siesta, allí estoy, en el patio de la casa de mis tíos
Una tarde de Noviembre en Gualeguay, Entre Rios.
Girasol